El Orígen del Universo
Mucha gente se niega a creer en un Creador porque no comprende cómo una entidad podría ser eterna. Sin embargo, los científicos solían enseñar que el universo mismo era eterno —simplemente siempre existió— y la gente se conformaba con creerlo. Así que, si alguien cree que es posible que algo (como el universo) sea eterno, que sea lógicamente consistente, también tendría que admitir que es posible que exista un Ser infinito y omnipotente que sea eterno.
Hoy en día, los científicos han concluido que el universo tuvo un comienzo. Pero ¿cómo se originó? Según la Ley de Causa y Efecto, todo efecto debe tener una causa. En otras palabras, todo lo que sucede tiene un catalizador; todo lo que surge tiene algo que lo causó. Las cosas no ocurren por sí solas.
La mayoría de los científicos seculares afirman que el universo comenzó en un evento conocido como el Big Bang. La teoría del Big Bang afirma que la “nada” se convirtió repentinamente en tiempo, espacio, materia y energía, formando un universo vasto, complejo y ordenado, compuesto por más de 100 mil millones de galaxias y conteniendo aproximadamente billones, billones, billones, billones de toneladas de materia. Ahora, estos científicos se enfrentan a un dilema aún mayor: ¿De dónde surgió la materia inicial? ¿Cómo pudo surgir algo de la nada, por sí solo? En segundo lugar, ¿qué provocó el “bang”? ¿Cuál fue el catalizador que impulsó las partículas?
El famoso cosmólogo Andrei Linde, profesor de Física en la Universidad de Stanford, es honesto sobre el dilema de los evolucionistas:
El primer y principal problema es la existencia misma del Big Bang. Cabe preguntarse: ¿qué hubo antes? Si el espacio-tiempo no existía entonces, ¿cómo pudo surgir todo de la nada? ¿Qué surgió primero? ¿El universo o las leyes que determinan su evolución? Explicar esta singularidad inicial —dónde y cuándo comenzó todo— sigue siendo el problema más insoluble de la cosmología moderna.
Si que un libro existiera por sí solo es un disparate, ¿por qué la teoría del Big Bang es más científica?
Los científicos afirman haber resuelto la incógnita cósmica de nuestro origen. Al final, todo proviene del polvo espacial, según Ciska Markwick-Kemper, de la Universidad de Manchester (Inglaterra). No se trata de polvo espacial común, sino de polvo expulsado por estrellas moribundas a unos 8.000 millones de años luz de aquí. El Dr. Michael Barlow afirma que las partículas de polvo en el espacio son los componentes básicos de los cometas, los planetas y la vida; sin embargo, nuestro conocimiento de dónde se formó este polvo aún es incompleto.
El dilema radica en que, independientemente de la distancia o el tiempo que los científicos estimen que data del origen de la primera partícula de polvo, la pregunta lógica sigue vigente: ¿de dónde provino ese polvo?
Es inevitable en algún momento, nos vemos obligados a concluir que debe haber una causa incausada (una Primera Causa) que originó todo lo demás. Esta conclusión concuerda con la lógica, la razón y las leyes científicas. En toda la historia, nunca ha habido un caso en el que algo surja espontáneamente de la nada. Que algo se cree de la nada es contrario a toda la ciencia conocida. Incluso Darwin admitió que, lógicamente, el universo no podría haberse creado a sí mismo:
La imposibilidad de concebir que este grandioso y maravilloso universo, con nuestro ser consciente, surgió por casualidad, me parece el principal argumento a favor de la existencia de Dios… Soy consciente de que, si admitimos una primera causa, la mente aún anhela saber de dónde vino y cómo surgió.
Aún más difícil de explicar es cómo nuestro universo, increíblemente bien ajustado, pudo ser tan asombrosamente complejo y ordenado. El evolucionista Stephen Hawking, considerado el científico más conocido desde Albert Einstein, reconoce:
El universo y las leyes de la física parecen haber sido diseñados específicamente para nosotros. Si alguna de las aproximadamente 40 cualidades físicas tuviera valores ligeramente diferentes, la vida tal como la conocemos no podría existir: o los átomos no serían estables, o no se combinarían en moléculas, o las estrellas no formarían los elementos más pesados, o el universo colapsaría antes de que la vida pudiera desarrollarse, y así sucesivamente.
En resumen, la perspectiva evolutiva no puede ofrecer una explicación lógica y científica ni del origen ni de la complejidad del universo. Solo hay dos opciones: o nadie creó todo de la nada, o alguien —una Primera Causa inteligente, omnipotente y eterna— creó todo de la nada. ¿Cuál tiene más sentido?
“Una interpretación sensata de los hechos sugiere que un superintelecto ha manipulado la física, así como la química y la biología, y que no existen fuerzas ciegas de las que valga la pena hablar en la naturaleza. Las cifras que se calculan a partir de los hechos me parecen tan abrumadoras que hacen que esta conclusión sea casi incuestionable.” Sir Frederick Hoyle