Testificando a los que Sufren

por | Ago 5, 2025

¿Cómo testificas a quienes están de duelo por la muerte de un ser querido? ¿Usas la Ley de la misma manera que lo harías con cualquier otra persona? Como pastor, predico regularmente en funerales de personas no salvas. Si bien nunca comento sobre el destino eterno de los difuntos, siempre predico el evangelio con claridad y uso la Ley. ¿Es recomendable hacer esto?

Es recomendable compartir el evangelio siempre que sea posible. Es prudente no comentar sobre el destino eterno de nadie. Normalmente no tenemos acceso a las conversaciones que los pecadores tienen con el Señor en los últimos momentos de su vida. Digo “normalmente” porque se nos permitió escuchar lo que se susurró entre un ladrón arrepentido en una cruz y Jesús. Solo Dios sabe cuántos pecadores dicen: “Señor, acuérdate de mí…” y Jesús los escucha.

Cuando las personas no salvas pierden a un ser querido, a menudo se abren, quizás por primera vez en sus vidas, a las preguntas sobre la eternidad. Así que predícales como si fuera tu último sermón y como si fuera el último día de tu audiencia en la tierra.

¿Cómo se le responde a un católico devoto cuyo hermano murió sin ser salvo? Un viejo amigo del instituto me llamó para contarme la muerte de su hermano, un católico devoto que murió en un accidente de moto mientras estaba borracho. Mi amigo cree en rezar a los santos, a María (la madre de todos), el rosario, el purgatorio, etc. No quise ofenderlo diciéndole que quienes no priorizan a Jesús en sus vidas y rezan a los santos y a María están perdidos. Cuando me pidió que rezara por el alma de su hermano en el purgatorio, le dije que no podía rezar por su hermano, pero sí por él. Se enfadó y dijo que su hermano estaba atrapado en el purgatorio y que necesitaba nuestras oraciones para salir. Le dije que eso no era bíblico en absoluto y que nuestras almas van al cielo o al infierno (no al purgatorio). Cuando le expliqué que Jesús murió por nosotros para que no tuviéramos que ir al infierno y comencé a dar testimonio con la Ley y la gracia, terminó la conversación y nunca más supe de él.

Admiro tu amor y valentía. Hiciste lo correcto, así que no te desanimes. Asegúrate de intentar mantener el contacto con tu amiga. Una vez tuve que hacer algo similar con mi tía católica (no tan dramático como tu situación). Me dijo que había estado rezándole a su difunto esposo. Le dije que él no era omnisciente y que nunca debía hablar con los muertos. Fue muy incómodo para mí, pero tenía que decirle la verdad aunque pudiera ofenderla. Al día siguiente, sin previo aviso, me dio un cheque de 1000 dólares. Me sorprendió mucho, pero me alegré mucho, porque acabábamos de sacar a nuestros tres hijos de la escuela secular y los matriculábamos en una escuela cristiana, y el dinero cubría los gastos. No recibiste un cheque de una tía, pero estoy seguro de que tienes la sonrisa de tu padre.

Compartir