Arrepentimiento y Fe

por | May 13, 2019

«Tenía curiosidad acerca de si ¿se requiere o no el arrepentimiento para la salvación junto con la fe en Jesucristo? ¿Debemos arrepentirnos y confiar en el Salvador, o es solo necesaria la fe para ser salvado por Jesús?» Tomas Bilson

La pregunta anterior me la hacen siempre porque yo predico tanto del arrepentimiento como de la fe en Jesús. El problema es que, al hacerlo, le añado a lo que algunos llaman «salvación por Señorío».

Un caballero particularmente, llamado David J. Stewart me llama un lobo, un falso profeta, y tituló su enseñanza «La Herejía Condenable de Ray Comfort».

En su presentación el Sr. Stewart dice «John MacArthur es un hereje no salvo» e incluso mal cita a Charles Spurgeon para tratar de justificar su error. Normalmente suelo ignorar este tipo de cosas, pero me referiré a ella en esta ocasión porque el tema del arrepentimiento es un punto que vale la pena sostener sin importar el costo.

El Sr. Stewart sostiene que los pecadores son salvados por la fe en Jesús. Una vez que son salvados, entonces ellos deben arrepentirse. Así que decirle a los pecadores que se arrepientan o que abandonen sus pecados es una salvación por «obras», y por lo tanto, es herético.

En un sermón titulado «La Fe y el Arrepentimiento son Inseparables» [1] Spurgeon aborda el error de sostener que solo la fe es necesaria para la salvación:

«No debemos, creo, subestimar el arrepentimiento. Es una bendita gracia del Espíritu Santo de Dios, y es absolutamente necesaria para la salvación».

Spurgeon creía que el arrepentimiento «es absolutamente necesario para la salvación».

La verdad fundamental de la salvación es que somos salvados por gracia y gracia solamente:

«Porque por gracia sois salvos por medio de la fe, y esto no de vosotros; pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe «(Efesios 2: 8-9).

No somos salvos «por» la fe, sino más bien «a través de» la fe. La fe es el medio por el cual recibimos la sorprendente gracia que nos salva. Los que erróneamente creen que la fe nos salva, llaman al arrepentimiento una «obra», y al mismo tiempo le piden al pecador que debe tener fe para ser salvo… que lo único que tiene que «hacer» es creer en Jesús.

Spurgeon añadió, «sea que ofenda o complazca, ya que Dios me ayudará, predicaré cada verdad como la aprenda de la Palabra; y sé que, si hay algo escrito en la Biblia en absoluto que está escrito como con un rayo de sol, que Dios en Cristo manda a los hombres a arrepentirse y creer en el evangelio». [2]

Jesús dijo: «… y que se predicase en su nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones…» (Lucas 24:47).

* Él dijo: «No he venido a llamar a justos, sino a pecadores al arrepentimiento» (Lucas 5:32).

* La Biblia también habla de «arrepentimiento para salvación» (2 Corintios 7:10).
* Hechos 11:18 dice: «De manera que también a los gentiles ha dado Dios arrepentimiento para vida».

Observe el Orden

Los pecadores deben arrepentirse y creer: «Arrepentíos y creed en el evangelio» (Marcos 1:15). El apóstol Pablo predicó «arrepentimiento para con Dios, y de la fe en nuestro Señor Jesucristo» (Hechos 20:21). Observe que el orden de arrepentirse en ambos casos es ANTES de la fe.

En referencia al «arrepentimiento para con Dios, y de la fe en nuestro Señor Jesucristo» de Pablo, Spurgeon dijo: «Queridos amigos, no podemos en este momento prescindir de ninguno de estos, más de lo que podían hacerlo los Griegos y los Judíos. Son esenciales para la salvación. Algunas cosas pueden ser, pero éstas deben ser. Ciertas cosas son necesarias para el bienestar de un cristiano, pero estas cosas son esenciales para la existencia misma de un cristiano. Si no tienes arrepentimiento para con Dios, y fe en nuestro Señor Jesucristo, no tienes parte ni suerte en este asunto». [3]

Spurgeon llamó a los pecadores al arrepentimiento

Él dijo: «Ven, pobre alma, anímate. Es evidente que, si te has arrepentido para con Dios, se te permite creer en Jesús… Oh, pecador, debes arrepentirte ante Dios, o no te arrepientes en lo absoluto… Que cada uno se pregunte, ¿he tenido un arrepentimiento que me conduce a la fe?». [4]

Pedro les dijo a los pecadores que se arrepintieran

«Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo»(Hechos 2:38). Note el llamado al arrepentimiento antes de recibir el don. Pablo les dijo a sus oyentes inconversos que se arrepintieran: «Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan…» (Hechos 17:30).

Santiago llamó a los pecadores al arrepentimiento

«Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de doble ánimo Afligíos, y lamentad, y llorad. Vuestra risa se convierta en lloro, y vuestro gozo en tristeza» (Santiago 4: 8-9).

Las personas no salvas deben lamentarse por sus pecados porque «… la tristeza que es según Dios produce arrepentimiento para salvación…» (2 Corintios 7:10). El arrepentimiento produce salvación.

Dios está esperando que los pecadores se arrepientan.

Las Escrituras nos dicen que Dios no quiere que ninguno perezca, sino que está esperando pacientemente que todos procedan al arrepentimiento:

«El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento» (2 Pedro 3: 9).

Sin arrepentimiento los pecadores perecerán. Mira el destino de los que se negaron a arrepentirse:

«Y los otros hombres que no fueron muertos con estas plagas, ni aun así se arrepintieron de las obras de sus manos, ni dejaron de adorar a los demonios, y a las imágenes de oro, de plata, de bronce, de piedra y de madera, las cuales no pueden ver, ni oír, ni andar; y no se arrepintieron de sus homicidios, ni de sus hechicerías, ni de su fornicación, ni de sus hurtos» (Apocalipsis 9: 20-21).

Las Escrituras dicen: «El que encubre sus pecados no prosperará, mas el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia» (Proverbios 28:13). La misericordia viene cuando confesamos y abandonamos nuestros pecados.

El General William Booth advirtió que llegaría el tiempo en que el perdón se ofrecería sin el arrepentimiento:

«El principal peligro del siglo 20 será… perdón sin arrepentimiento, salvación sin regeneración, la política sin Dios, y el cielo sin infierno».

John Wesley creía que no hay justificación sin arrepentimiento:
«Indudablemente Dios nos manda tanto a arrepentirnos y a producir frutos dignos de arrepentimiento, que, si voluntariamente estamos dispuestos a descuidar, no podemos razonablemente esperar ser justificados en lo absoluto: por lo tanto, ambos, el arrepentimiento y los frutos dignos de arrepentimiento, son, en cierto sentido, necesarios para la justificación». [5]

Matthew Henry dijo: «Si aquellos que han vivido una mala vida se arrepienten y abandonan sus malos caminos, serán salvados…»

Los cielos se regocijan cuando un pecador se arrepiente: «…hay gozo delante de los ángeles de Dios por un pecador que se arrepiente» (Lucas 15:10).

Otro argumento presentado por el Sr. Stewart para no predicar el arrepentimiento es que el Evangelio de Juan ni siquiera menciona una sola vez la palabra «arrepentimiento». Pero tampoco ninguno de los otros tres Evangelios menciona la necesidad de nacer de nuevo, ni tampoco Marcos o Juan mencionan el nacimiento virginal.

Un impulsor de que no es necesaria la enseñanza del arrepentimiento para salvación es la creencia de que el arrepentimiento no es más que «un cambio de parecer». Esta errónea enseñanza no es nada nueva. Spurgeon tuvo que lidiar con esto en sus días:

«Aparentemente, ellos interpretan el arrepentimiento a ser una cosa un poco más ligera a lo que normalmente concebimos que sea, de hecho, un mero cambio de parecer. Ahora, permítanme sugerirles a aquellos queridos hermanos, que el Espíritu Santo nunca predica el arrepentimiento como insignificante; y el cambio de parecer o el entendimiento de lo que trata el Evangelio es una obra muy profunda y solemne, y no debe por ningún motivo ser depreciado. Por otra parte, hay otra palabra que también se usa en el original griego para arrepentimiento, admito que no tan a menudo, pero todavía se utiliza, el cual significa «un cuidado posterior» una palabra que tiene en ella algo más de dolor y ansiedad, que el significado de cambiar de parecer. Tiene que haber dolor y odio por el pecado en un verdadero arrepentimiento, o entonces he leído mi Biblia con poco propósito». [6]

Las Escrituras dicen «el impío ABANDONE SU CAMINO, y el hombre inicuo sus pensamientos…» (Isaías 55: 6-7, mayúsculas añadidas). El arrepentimiento es apartarse del pecado:

«A vosotros primeramente, Dios, habiendo levantado a su Hijo, lo envió para que os bendijese, A FIN DE QUE CADA UNO SE CONVIERTA DE SU MALDAD» (Hechos 3:26).

Los de Mateo 7: 21-24 a quienes Jesús dijo nunca conocer eran «hacedores de iniquidad». Profesaban la fe en Jesús, pero siguieron siendo esclavos del pecado.

Nuestras iglesias están llenas de hacedores de iniquidad (hipócritas) a quienes se los dijo que simplemente tienen que creer en Jesús. Para la mayoría, nunca hay arrepentimiento porque que se les ha dado la seguridad de que son salvados sin él.

En el Día del Juicio van a entender las importantes palabras de Jesús cuando dijo: «… si no os arrepentís, todos pereceréis igualmente» (Lucas 13: 3).

NOTAS: 
http://www.spurgeon.org/sermons/0460.htm
Ibídem
http://www.spurgeon.org/sermons/2073.htm
Ibídem
http://wesley.nnu.edu/…/sermon-43-the-scripture-way-of-sal…/

http://www.spurgeon.org/sermons/0460.htm

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