ARTÍCULOS

Reciente

El peligro de una conciencia cauterizada

El peligro de una conciencia cauterizada

Nos alejamos de un perro vicioso, no tocamos un cactus espinoso, escupimos lo que es amargo, retrocedemos cuando olemos un zorrillo, y deberíamos alarmarnos ante el peligro cuando un tren hace sonar una bocina de advertencia.

Tu mayor problema es tu pecado

Tu mayor problema es tu pecado

Si David hubiera temido a Dios, cuando sus ojos se abrieron al bañar a Betsabé, nunca habría cometido adulterio y luego cometido asesinato.

Un Dios Verdadero

Un Dios Verdadero

la mayoría de nosotros somos culpables de crear un dios a nuestra propia imagen. A nuestro dios no le importa la lujuria, o una mentira aquí y allá. No tiene ningún dictado moral. En verdad, nuestro dios no existe. Es un producto de nuestra imaginación, moldeado para adaptarse a nuestros pecados.

Compartir