
Se dice que si se quiere saber algo, hay que preguntarle a un adolescente. Ellos lo saben todo. Bueno, es lo que ellos piensan. Uno de mis hijos se fue a vivir con un par de amigos cuando era adolescente. Después de un año de haber pagado renta, le expliqué todo lo que hubiera ahorrado si se hubiera quedado viviendo en la casa. La idea de no pagar renta, facturas de electricidad y agua, comida gratis y ropa limpia, le llamaron la atención, regreso a nuestra casa, y se ahorró mucho dinero. Pronto estuvo en una posición económica para poder mantener a la mujer de sus sueños. Esto sucedió en un tiempo en el que compró un par de tenis sin marca por más o menos $20. Él dijo que se había dado cuenta de todo el dinero que había gastado en diseños de marca solo para verse “cool.” Mi hijo se había convertido en un hombre.
Más recientemente, una madre me pidió que hablara con su hija a cerca de tatuajes. Su hija estaba tentada a hacerse uno, entonces le sugerí que se esperara a que tuviera 20 años y decidir después. Cuando les dije que la diferencia entre 19 y 22 años de edad era de 10 años más o menos, la madre y su hija estuvieron de acuerdo. Los tatuajes están bien para aquellos que quieren marcarse de por vida. Recuerdo haber hablado con un hombre que estaba preocupado pues no podía encontrar trabajo. Le dije que muy probablemente la grosería que tenía tatuada en su barbilla tenía algo que ver en esa situación. El acepto esto con renuencia.
Dos noches antes de mi boda, decidí probar si había algo bueno en el alcohol y tabaco. Me tomé ocho Bacardí dobles y después fumé13 cigarros sin parar. Lo que resultó de esto fue que terminé con un horrible sabor de boca y me tuvieron que llevar cargando a mi casa pues no podía caminar. Sobra decir que no me atrajo no el cigarro ni la bebida. Después de convertirme en Cristiano, vi la sabiduría de mi decisión: “Fueron afligidos los insensatos, a causa del camino de su rebelión Y a causa de sus maldades” (Salmo 107:17).
Después de haber platicado con un amigo (con afecto lo llamamos “Oso”) sobre el tema del alcohol y el cigarro, me dijo que antes de ser Cristiano, él se “tomó una casa completa.” No estaba bromeando. Había gastado tanto dinero en alcohol que hubiera podido comprar su propia casa. Hoy tiene que vivir en una pequeña casa rentada con su esposa, hijo y nuera, luchando semana tras semana para cubrir sus gastos. Su “sueño americano” se había ido por la tubería… para siempre. Pero ese no es el final de la historia. El alcohol no solo drena nuestras finanzas, también nuestra salud. Oso no pudo comprar su propia casa y quedó con serios problemas médicos.
Oso también “se fumó una camioneta.” Tiró varios miles de dólares en tubitos de cáncer— y el vehículo que pudo haber tenido se hizo humo. Él estima que gastó$47,000 en cigarros y la increíble suma de $170,000 en alcohol durante los 23 años que fumó y tomó.
Ahora Oso puede ver a través del humo y es el primero que admite que la gente que fuma es un poco lenta mentalmente. Piensa en lo que los fumadores hacen. Pagan buen dinero por cigarros cuando pueden simplemente pegar sus bocas en cualquier tubo de escape y recibir el mismo tipo de elementos cancerígenos. El humo de tabaco es veneno. Las “crudas” son buena indicación de que el cuerpo no está contento de lo que le dimos de tomar. Está tratando de decir; “No más por favor.”
El mes pasado, tuve una charla con una adolescente que fumaba afuera de su trabajo. Tuvo un momento de descanso y salió de su oficina para tomar un poco de aire fresco. Mientras inhalaba el fresco aire de humo tóxico, le expliqué lo divertido que es morir de enfisema pulmonar. Sin duda el muchacho pensaba que sus pulmones eran como dos bolsas de papel que podía llenar con humo y que al apretarlas, él podía sacar señales de humo de su boca de cenicero. Si el humo mandaba alguna señal, era que donde hay humo, hay fuego. En un tiempo, iba a quemarse.
Le dije que sus pulmones estaban hechos de pequeños orificios, y que cada vez que respiraba el veneno de humo caliente, se tapaban con alquitrán negro y que un día se sofocaría. Eso no significa nada para un adolescente sano, hasta que lo experimente al taparse la nariz y cerrando la boca, y que respire la más mínima cantidad de aire. Eso produce una sensación de terror y pánico en la mente humana. Inténtalo por un momento si te atreves. Eso es lo que pasa cuando alguien muere de enfisema. La medicina de nuestros días no puede hacer nada sino mirar como alguien se sofoca hasta morir.
Mi consejo para un bebedor y fumador es que solo tenemos una oportunidad en esta vida. Deberíamos de tener ese hecho como un objetivo y podemos hacerlo al pensar seriamente a cerca de las consecuencias en esta vida. Y mientras pensamos con claridad, debemos de pensar sobriamente sobre dónde pasaremos la eternidad. Si estos pensamientos pasan por tu mente, podrás encontrar detalles sobre cómo encontrar la vida eterna en www.necesitasaDios.com