Imagina por un momento que estás parado frente al mar, mirando un gran barco. El sol está brillando. No hay viento y el mar está calmado. Para tu sorpresa, cerca de treinta personas se tiran del barco y se montan en un bote salvavidas. Tú sacudes la cabeza al no creer lo necios que son. Luego, sin advertencia, el gran barco choca contra un iceberg y de repente se hunde, llevándose a todos los que están a bordo.

Aquellos que parecían necios y abandonaron el barco, eran realmente sabios y aquellos que parecían sabios al quedarse a bordo, eran en verdad necios.

El mundo se burla de aquellos que abandonan el barco de este mundo y entran en el salvavidas del Salvador. Pero los cristianos saben que este gran crucero de placer, eventualmente tendrá contacto con el inmovible iceberg de la Ley de Dios, se hundirán en el infierno….y llevará a todos lo que estén a bordo en él. La historia del Titánica es un cercano paralelo con el plan bíblico de la salvación. Así como el crucero de placer golpeó el iceberg y se hundió, este grandioso mundo-con todos sus habitantes-se está hundiendo lentamente en las frías garras de la muerte. De la misma manera en que los pasajeros del Titánica que creyeron estar en peligro, buscaron el bote salvavidas, así también sólo aquellos que creen estar en peligro mortal, buscarán el bote salvavidas del Salvador Jesucristo. El gran «iceberg» que llevará al mundo a la tumba de hielo, es la Ley Moral- Los Diez Mandamientos.

Esta es la evidencia de que nos estamos hundiendo: Jesús dijo que si miramos con lujuria, cometemos adulterio en nuestro corazón. Ninguno que ha tenido sexo fuera del matrimonio, ningún mentiroso o ladrón, entrará en el cielo. La Biblia dice que si odiamos a alguien, somos culpables de homicidio. Fallamos al poner a Dios primero. Creamos un dios a nuestra imagen. Quebrantamos los mandamientos. Si permanecemos en el «barco», pereceremos el Día del Juicio, cuando todos nuestros pecados sean la evidencia de nuestra culpa. Sin embargo, Dios es rico en misericordia y no quiere que ninguno vaya al infierno. Él creo un camino para que seamos salvos. Jesucristo, Aquel que la Biblia llama el: Capitán de nuestra Salvación», entregó su vida para que nosotros tengamos un lugar en el bote salvavidas. El cargó nuestro castigo, sufriendo en la cruz por nosotros.

No lo dudes. !Quizá esperes cuando sea demasiado tarde! Hubo un reporte de que algunos de los botes salvavidas del Titánica que salieron primero, sólo estaban la mitad llenos. Muchos a bordo se pudieron salvar, pero rechazaron creer que el gran «inundable» barco estaba hundiéndose. Perecieron porque su fe estaba desviada. Arrepiéntete y confía en el Señor Jesucristo hoy…y Dios nunca te dejará.

~Ray Comfort 

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