Un bombero experimentado de Nueva York fue arrestado esta semana por negligencia de su deber. Los abogados sostienen que abandonó su responsabilidad y traicionó a la gente de Nueva York cuando no utilizó su equipo. Esto resultó en la trágica e innecesaria muerte de una familia de cinco.

Testigos oculares se aterraron cuando descubrieron que la razón por la que el bombero no bajó de su vehículo, fue simplemente que estaba probando un nuevo reproductor de CD’s, el cual había comprado para el Jefe de Departamento de Bomberos.

El Jefe de Departamento se distanció de él inmediatamente y lo expulsó del Departamento. En un comunicado, el jefe dijo que no tenía palabras para describir la traición de alguien que había jurado proteger a los demás.

El abogado dijo que el bombero tenía puestos los audífonos y escuchó música por más de tres minutos después de haber llegado a la escena, mientras que una familia de cinco integrantes gritaba desde el sexto piso del edificio. Gente alrededor veía con horror cómo las flamas alcanzaban la ropa de la madre, ella gritaba con terror y cayó muerta abrazando a su bebé. Testigos dijeron que el padre abrazaba a dos niños mientras las flamas los envolvían. Este drama sucedió frente al bombero, mientras él estaba sentado en el vehiculo, escuchando el CD.

El abogado defensor dijo que el bombero había hecho un gran sacrificio para comprar el caro reproductor de CD’s, el cual era un regalo para el Jefe de Departamento. También dijo que esperaba que el juez tomara en cuenta dicho sacrificio al momento de pasar sentencia.

Aquí hay varias preguntas relacionadas a este caso. La primera es, ¿cuál es el castigo adecuado para dicho crimen? ¿Debe recibir un regaño, dos años en prisión, veinte años, sentencia perpetua o probablemente la pena capital? Por favor escoja.

La segunda pregunta es, ¿disfruta usted el alabar a Dios? La mayoría de la Iglesia moderna lo disfruta. A lo largo y ancho del país, hay auditorios llenos de cristianos que, llenos de amor, alaban a Dios. Eso es comprensible, pues cuando el Espíritu Santo vive en la persona no es difícil alabar a nuestro glorioso Creador. Es tan natural el alabar a Dios como es natural para las flores el abrirse en los rayos del sol. Los rayos de su gran amor abren los pétalos de nuestra alabanza. Sin embargo, el “sacrificio de alabanza” (Hebreos 13:15) no es tan grande como el sacrificio de la cruz.

Mas bien, nuestro amor por Él sería más evidente si obedeciéramos e hiciéramos Su voluntad, pero eso no sucede tan naturalmente. Requiere un esfuerzo el obedecer la Gran Comisión y seguir los pasos de Jesús para buscar a los perdidos. Nuestro amor y alabanza a Dios deben de causar una devoción para hacer Su voluntad.
¿Cuándo fue la última vez que hizo Su voluntad y compartió su fe con alguien no-creyente? ¿Cuándo fue la última vez que pensó en el hecho de que todos los que mueren en sus pecados irán al Lago de Fuego? En su libro, El Avivamiento A Venir, el Dr. Bill Bright dijo que solo 2% de la Iglesia estadounidense comparte su fe con otros. La mayoría están ocupados en alabanzas (con el volumen muy alto) y no piensan en el destino del no-creyente.

Aquí esta mi punto. Si usted no considera el “sálvenlos [a los perdidos] arrebatándolos del fuego”. Compadézcanse de los demás, pero tengan cuidado; aborrezcan hasta la ropa que haya sido contaminada por su cuerpo” (Judas 23), entonces usted es ese bombero. Si usted llama a Jesús “Señor”, pero no hace las cosas que ha ordenado que hagamos, entonces Él no es su “Señor,” y se distanciará de usted en el Dia del Juicio, aun con su sacrificio de alabanza. Cuando usted clama “¡Señor, Señor!” Él le dirá, “Apártate de mí, nunca te conocí”.

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