No cabe duda que la información es un recurso muy valioso. En los negocios la falta de información puede traer consecuencias financieras graves. En el campo de batalla la falta de información táctica puede tener resultados devastadores o mortales. La Biblia dice en Oseas 4:6 – “Mi pueblo ha sido destruido porque le falto conocimiento “. El pueblo de Israel estaba siendo destruido por la falta de conocimiento de Dios, porque estaban consumados disfrutando del tiempo de prosperidad económica y paz política que vivían en ese tiempo. No prestaron atención ni valoraron la verdad que Dios les había dado a través de su palabra y sus profetas.
Es lamentable ver que hoy en día muchos dentro de la Iglesia están pereciendo porque realmente no conocen a Dios ni su palabra. En lugar de buscar a Dios están siguiendo doctrinas falsas y costumbres mundanas. Están siendo destruidos sistemáticamente por no tener un conocimiento real de la palabra de Dios. 2 Pedro 2:1-2 nos advierte que en los tiempos postreros vendrán falsos maestros y profetas que introducirán herejías y mentiras entre el pueblo de Dios. Y muchos ahora siguen a estos falsos ministros quien arrastra a muchos con sus falsedades. Ahora veamos lo que dice Oseas 4:9 – “¡De tal pueblo, tal sacerdote! Pero yo los castigaré por su conducta; ¡les daré lo que merecen sus acciones! “. Los Sacerdotes en lugar de pastorear y guiar al pueblo con la palabra de Dios, estaban apacentando y solapando al pueblo diciéndole lo que querían escuchar sin traer ninguna convicción de pecado y arrepentimiento. ¿Suena familiar esto? Así que de acuerdo a Oseas 4:9. Dios castigo tanto a los sacerdotes como al pueblo. Dios los juzgo a ambos por igual y no excusó al pueblo por ser engañados o mal guiados. Sino que juzgo al pueblo por igual que a sus líderes espirituales por escoger la maldad.
Hermanos no debemos limitar nuestro conocimiento solo a lo que se está predicando en los pulpitos, al contrario debemos de buscar más de Dios en las escrituras, profundizar más en su palabra, buscar la sabiduría de Dios, y escuchar al Espíritu Santo. Hermanos, debemos de estar alertas de cada enseñanza que llega a nuestras vidas y discernir de quien vienen, porque en el gran día no tendremos escusas y seremos juzgados según nuestras obras.
Dios les bendiga grandemente, y les guie en su caminar con Cristo.