
«Estoy seguro de que nuestro Señor Jesucristo no quiere que sus ministros ofrezcan grandes discursos, sermones kilométricos, con largas frases y muy elaboradas. Él solo quiere que ellos hablen así como Él habló, con toda sencillez, para que el más pobre y analfabeto de sus oyentes pueda entender su significado, abrazar las Verdades de Dios que ellos proclaman, y que puedan encontrar la vida eterna en Aquél de quien ellos predican. «~ Charles Spurgeon
Spurgeon también dijo: «¡Quiten el terciopelo de sus bocas, señores, y digan la verdad!» ¡Qué bueno es entender las verdades simples de la Palabra de Dios sin un predicador tratando de impresionar a su audiencia con su largo aliento, y frases elaboradas! Mis sermones favoritos no son difíciles de entender. Son claros y sencillos, y dan en el blanco en su contenido. Debemos tener la misma mentalidad cuando hablamos con otras personas sobre las cosas de Dios.