Por algún tiempo fui un invitado regular a un interesante programa de radio llamado «Religión en línea». El programa de dos horas tenía como invitados a un sacerdote católico, un ministro protestante y un rabino judío cada semana.

Un día, cuando Sue y yo llegamos al estudio (de radio) y estábamos firmando, el guardia de seguridad nos preguntó «¿Y qué tal la iglesia hoy?» Le dije que había estado bien y le pregunté si era cristiano. Me dijo que había sido cristiano pero que se había apartado de la fe. Le sugerí que lo que debía hacer para volver a la fe era dar una mirada a los diez mandamientos. Le pregunté si había mentido. Lo había hecho, así que le pregunté, «¿Qué es lo que te hace?»

Y él se cubrió al decirme «un contador de cuentos».

Sonreí y le dije «Vamos… ¿Qué te hace?»

Y él respondió «un mentiroso».

También había robado y por lo tanto era un ladrón. Pero cuando le pregunté si él había quebrantado el séptimo mandamiento al codiciar una mujer, me respondió que nunca lo había hecho. No le creí, así que cuando sus ojos miraron al piso en convicción, puse mi mano sobre la de él para mantener el contacto con sus ojos y decirle «Ahora, sé honesto»

Sus ojos entonces brillaron cuando me dijo «soy gay». Ese fue el momento en que perdí el contacto ojo a ojo. ¡Estaba tomándole de la mano! A veces las cosas no ocurren de la manera que las planeamos.

~ Ray 

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