
Dios le dijo a Jeremías que lo “formó” en el seno materno (Jeremías 1:4,5). Aunque pensemos que Dios creó a Adan y Eva para luego alejarse, la Palabra nos enseña que Él está íntimamente involucrado con cada uno de nosotros, aun desde antes de nuestra existencia.
Dios no solamente nos forma en el vientre, Él nos conoce a cada uno de nosotros individualmente desde antes de ser creados. Él le dijo a Jeremías que antes que lo formara, lo conocía y consagró como profeta. Aun desde antes de nuestra concepción, ante los ojos del Dios Todo Poderoso, cada uno de nosotros es alguien de valor y con propósito.
El Salmo 139 añade: “tú formaste mis entrañas; Tú me hiciste en el vientre de mi madre” y que “asombrosa y maravillosamente he sido hecho” (v. 13,14). ¿Cómo forma Dios nuestras entrañas? ¿Cómo crea Él ojos que pueden ver y que comunican lo visto al cerebro? ¿Cómo es que nuestro cerebro procesa de manera independiente pensamientos interminables? o ¿cómo crea Dios sangre que da vida y que fluye a través de una masa de extraordinarios vasos sanguíneos, los cuales hacen lucir las complejas autopistas de Los Ángeles como algo simple? ¿Cómo nos da Él un alma invisible con su propia y característica personalidad? Realmente hemos sido hechos “asombrosa y maravillosamente”.
Dios conoce cada detalle de la vida de cada persona, desde el último cabello en su cabeza hasta los pensamientos de su corazón. No solamente sabe la fecha de nuestro nacimiento, pero también la fecha de nuestra muerte. Estos pensamientos de sobria reflexión serán de gran aliento para nosotros si tememos a Dios y obedecemos el evangelio.
Me pregunto si usted ha meditado (como lo he hecho yo) sobre el gozo que Juan el Bautista sintió cuando aún estaba en el vientre. El doctor Lucas dice: “Y aconteció que cuando Elizabeth oyó el saludo de María, la criatura saltó en su vientre; y Elisabeth fue llena del Espíritu Santo…Porque he aquí, apenas la voz de tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de gozo en mi vientre”. (Lucas 1:41,44).
Preste atención al uso que la Biblia hace de la palabra “criatura” (bebé) cuando hace referencia al primo de Jesús que aún no nacía. Hace esto consistentemente a través del Antiguo y Nuevo Testamento. No se refiere al bebé como un “feto” o algún otro nombre. Cómodamente acurrucado en el vientre de Elisabeth, se encontraba un bebé vivo e inquieto que había sido separado para preparar el camino del Mesías que destruiría la muerte.
Fue esta criatura aún no nacida que la Palabra nos relata sintió la emoción de gozo. Pero, ¿es esto científicamente posible? ¿Puede un bebé que aún no ha nacido sentir emociones? O ¿se trata simplemente de algún tipo de hipérbole bíblica como que «es más fácil para un camello pasar por el ojo de una aguja» o que un fariseo trague un camello?
De acuerdo a pregnancy.org, «Su bebé puede ver, oír, degustar y sentir el mundo íntimo que usted le facilita a su alrededor. Tocarle música suave a su bebé ayuda a producir endorfinas que ayudan a su bebé a relajarse”. Un bebé que aún no ha nacido puede incluso ver matices de luz y “alrededor del cuarto mes, puede que su bebé comience a reaccionar a la luz, buscando evitarla o ver hacia ella”.
En el sitio Web “Pregnancy and Newborn” (el embarazo y el recién nacido), un artículo titulado “Your Baby’s Experience in the Womb” (la experiencia de su bebé en el vientre) dice:
“Créalo o no, ¡lo que está creciendo dentro de su vientre es una pequeña personita! Tal como el resto de nosotros, su bebé puede sentir una completa lista de emociones, incluso antes de venir a este loco mundo en el que vivimos. Aunque usted probablemente evitaría tener una pelea a gritos con su pareja en frente de su bebé después de que éste nazca, puede que no dude en hacerlo durante su embarazo. Sin embargo, sería sabio que comience a censurarse a sí misma desde ahora, ya que su pequeño o pequeña que viene en camino tiene la capacidad de sentir enojo, temor, afecto, depresión y desilusión en respuesta a las emociones y actividades de su madre”.
Un mundo confuso, amante del pecado, ciego e impío no sabe cuándo ni cómo comenzó la vida en la tierra. Este mundo alega ignorancia en relación a cuándo empieza la vida en el seno materno, y tampoco sabe por qué existimos. Ni siquiera está seguro quién fue primero: si la gallina antes del huevo, o el huevo antes de la gallina. La Palabra describe a este ignorante mundo como “entenebrecidos en su entendimiento, excluidos de la vida de Dios por causa de la ignorancia que hay en ellos, por la dureza de su corazón” (Efesios 4:18).
Sin embargo, aquellos que creen la Palabra de Dios saben que la gallina fue primero; que en el principio nos creó Dios, y que cuando una persona aborta, toma la vida de un ser humano. Detiene el latido de un corazón humano. Muerto. No se puede poner de una manera suave: cualquiera que toma la vida de su propio hijo, comete el más atroz de los asesinatos premeditados. Que aquellos que lo han hecho encuentren en la cruz un lugar de misericordia, antes del Día del Juicio.