¿Por qué usar Tratados Evangelisticos?

por | Mar 9, 2021

Escribiendo a los creyentes de Corinto, Pablo explica hasta donde llegaría él para compartir el Evangelio: Entre los débiles me hice débil, a fin de ganar a los débiles. Me hice todo para todos a fin de salvar a algunos por todos los medios posibles. (1 Corintios 9:22) Si Pablo quiso decir “por todos los medios” Él no hubiera dudado en usar tratados evangelísticos como un medio para alcanzar a los perdidos. Nunca subestimes el poder de un buen tratado evangelístico. Después de que George Whitefield leyó uno llamado “La vida de Dios en el alma de un hombre”, el dijo. “Dios me mostró que debo nacer de nuevo o estoy condenado”. Él se apartó a orar. “¡Señor si no soy cristiano, o sino soy uno verdadero, por amor a Cristo muéstrame qué es el cristianismo para no ser condenado al final! Entonces su diario nos relata lo siguiente… “Desde aquel momento supe que debía convertirme en una nueva creatura”.

De acuerdo con Billy Graham, “No hay nada que supere a un folleto evangelístico para sembrar la semilla de las Buenas Nuevas.” Un libro cristiano relata la historia real de un clavadista que vio una pieza de papel agarrada a la concha de una ostra. El hombre la rapó encontrando que era un tratado evangelístico que decía: “No puedo resistir mucho tiempo. Su misericordia es tan grande que Él ha causado que su Palabra me siga aun hasta lo profundo del mar. Dios usó un tratado para salvar a aquel hombre.

¿Por qué un cristiano debería usar folletos evangelísticos? Simplemente porque Dios los usa. Él uso uno de estos para salvar al gran misionero Hudson Taylor, así como otros innumerables. Ese sólo hecho debería ser suficiente incentivo para que un cristiano siempre use tratados para alcanzar a los perdidos. Pero aún hay más razones del por qué deberíamos usarlos. Aquí hay algunas:

LOS TRATADOS

  • Pueden brindarnos una oportunidad para compartir nuestra fe. Podemos ver cómo es la reacción de la gente al entregarlos, y ver si están abiertos a las cosas espirituales.
  • Pueden testificar por nosotros. Si somos demasiado tímidos para hablar a la gente sobre las cosas de Dios, al menos podemos darles folletos, o dejarlos por ahí para que otros los recojan.
  • Hablan a los individuos cuando se encuentren listos. Algunos no los leen sino hasta cuando lo deseen.
  • Pueden encontrar el camino hacia los hogares de las personas cuando nosotros no podamos.
  • No entran en discusiones. Ellos solo testifican.

El Dr. Oswald J. Smith dijo, “La única forma para llevar a cabo la Gran Comisión será por medio de las páginas impresas.” Charles Spurgeon expresó, “Cuando la predicación y la conversación privada no están disponibles, debes tener un tratado listo. Consigue tratados llamativos, que impacten. O mejor nada.

Pero un tratado evangelístico que conmueva puede ser la semilla a la vida eterna. Por lo tanto no salgas sin tus folletos.

¿Recibiste uno de estos?

Si quieres que la gente te acepte folletos, intenta saludar antes de ofrecerlos. Si tú puedes responder con un cálido, “Buenos días” o “Cómo estás” eso casi siempre rompe el hielo y la gente los recibirá. Después de saludar no preguntes que “Si le gustaría uno de estos” probablemente ellos dirán, “¿Qué es eso?” En lugar de eso, di: ¿Recibiste uno de estos?” Eso despertará su curiosidad y les harás sentir como que se están perdiendo de algo interesante, y en realidad así es.

Tal vez casi desmayes ante la idea de entregar un folleto. No te preocupes; no estás sólo. Todos batallamos contra el miedo. La respuesta contra éste se encuentra en la oración secreta. Pídele a Dios que te de una compasión tal, que trague tus temores.  Medita en el destino de los impíos. Dale al infierno algo en que pensar. Confronta lo que te hace temer.

¿Te gustan las montañas rusas? Algunos cristianos les gusta practicar salto de caída libre o paracaidismo. ¿No es extraño? Nos preparamos para arriesgar nuestras vidas por amor al miedo y todavía estamos dispuestos a dejar que el pecador vaya al infierno por temor a entregar un tratado. Pregúntate a ti mismo cuántas pilas de piedras ensangrentadas puedes encontrar donde cristianos hayan sido apedreados hasta la muerte por predicar el evangelio. Cuántos terrenos chamuscados puedes encontrar donde creyentes hayan sido quemados en la hoguera. Parte de nuestro miedo es el miedo al rechazo. Tenemos miedo de parecer tontos. Esa es una forma sutil de orgullo. La otra parte de nuestra batalla contra el miedo viene directamente del enemigo. Este sabe que el miedo paraliza. Debemos resistir al diablo y sus mentiras. Si Dios es por nosotros, nada puede contra nosotros.

Si tú nunca has entregado nuestros tratados, ¿Por qué no empiezas hoy? Déjalos  en un carrito de compras o cuando vayas a pagar ponlos entre tus billetes. Entonces cada noche al cerrar tus ojos para dormir tendrás algo especial porque orar respecto a que Dios usará los folletos donde sea que los hayas puesto. Además tendrás una profunda sensación de satisfacción por haber desempeñado una pequeña parte en cumplir con la Gran Comisión de alcanzar a este mundo moribundo con el evangelio de la vida eterna. No desperdicies tu vida. Haz algo por el Reino de Dios mientras puedas. Recuerda siempre: intenta todos los días como si fuera el último. El día que menos piensas alcanzarás la meta.

Ray Comfort

Fundador, Living Waters

 

Compartir